Sucedió un Martes 13

Summary: Lily Evans tiene todas las noches el mismo sueño, un sueño que no llega a ninguna parte. Pero hoy es un día diferente. Hoy es Martes 13, el día de la mala suerte, y su sueño ha cambiado... Este será un día que Lily nunca olvidará.
¿Cómo puede pasar de ser el peor día de su vida a ser el mejor?
Por amor.


Aviso: El one-shot está contado en primera persona desde la perspectiva de Lily.







“Voy caminando por un largo pasillo, como siempre. Parece que no va a acabar nunca… De pronto, veo una puerta medio abierta. Me acerco. Tengo muchas ganas de entrar, pero a la vez, me da mucho miedo. Es una sensación extraña. Apoyo una mano en la puerta, la empujo y acabo entrando en la habitación. La habitación está completamente vacía, no hay nada, nada… excepto él. Me está mirando, y yo comienzo a ponerme nerviosa. Él me sonríe mientras se desordena el pelo, como de costumbre. No puedo evitarlo, le sonrío, y me acerco más a él. Ya solo estoy a dos pasos de distancia y mi respiración es muy agitada; noto como mi pecho sube y baja sin parar. Miro a sus ojos, escondidos detrás de sus gafas, y veo amor. Sin pensarlo, le lanzo mis brazos a su cuello, y comenzamos a besarnos como si la vida nos dependiera de ello. Mi lengua, no para de buscar la suya, mis manos recorren su espalda y…”

- ¡Lily!

“Sigo besándole con pasión. Nos separamos un momento para mirarnos fijamente, y le quito la camiseta…”

- ¡LILIAN EVANS!

Abrí los ojos con todo mi pesar, y me encontré en mi habitación de la Torre de Gryffindor. Giré la vista hacia la derecha, y unos ojos castaños me estaban mirando enfadados.

- Ya es la hora Lily. Vamos a llegar tarde. ¡McGonagall nos va a matar! – exclamó mi mejor amiga mientras se recogía su cabello ondulado en una cola alta.

- Lo siento Mily – me disculpé – No tardo nada – le dije mientras cogía mi uniforme y me metía en el baño.

A los quince minutos, salí preparada. Mily me agarró la mano, y las dos salimos corriendo hacia el aula de transformaciones.

Cuando llegamos, justo acababa de llegar la profesora McGonagall. Yo la miré con mi mejor cara, y ella, nos dejó pasar. Al entrar, la gente se nos quedó mirando, y mis ojos se posaron en unos ojos castaños que me miraban con curiosidad. Aparté la mirada rápidamente, y me senté en mi sitio, al lado de Mily.

McGonagall empezó a explicar, y yo comencé a recordar el sueño. “Su lengua junto a la mía… Mis manos recorren su espalda…”

- ¿Volviste a soñar lo mismo? – me preguntó Mily en voz baja.

- Bueno… Esta vez fue diferente. Entré a la habitación – le conté.

Mily abrió mucho los ojos y se acercó más a mí.

- Cuéntame todo Lily – me dijo con entusiasmo.

- Pues el sueño comenzó como los de siempre. Yo iba por el pasillo infinito, hasta que llegué a la puerta medio abierta.

- ¿Y? ¿Qué había?

- Estaba él… Estaba Potter – murmuré avergonzada – Recuerdo que los dos nos mirábamos, y en su mirada había un brillo especial, había…

- Amor – completó Mily con una sonrisa tonta.

- Sí – afirmé asombrada – Y luego yo le besaba, los dos nos besábamos con tanta pasión… Yo estaba feliz. Y bueno… después tú me despertaste – acabé de contarle.

Mily me sonreía de una manera extraña.

- ¿Qué?

- Lily, deberías de saberlo ya. Creo que tus sueños reflejan exactamente lo que quieres. El pasillo interminable, significa exactamente lo que te cuesta llegar a confiar en James y darle una oportunidad. La puerta media abierta, son tus miedos, por eso siempre dudabas y nunca entrabas hasta hoy. Y bueno, respecto al beso creo que no hace falta que opine, es obvio. Deberías de confiar más en James.

- Que haya soñado con esto, no significa que yo quiera a Potter – mentí intentando convencerme a mí misma.

- Puedes a engañar a todos, pero a mí no. Yo se que tú estás enamorada de James desde hace mucho tiempo. Y no me pongas esa cara, porque es la verdad, ¿o no? – inquirió.

- Señorita Lewis y señorita Evans – nos llamó la profesora McGonagall – Ya que ustedes estaban tan atentas escuchándome, supongo que podrían decirme lo que estaba explicando.

Yo miré a Mily con urgencia, y vi en sus ojos pánico, al igual que en los míos. No sabíamos de qué estaba hablando McGonagall.

- ¿Y bien? – volvió a preguntarnos.

- Pues… - balbuceé.

- No lo sabemos profesora – contestó Mily.

- 5 puntos menos para cada una, y además compartirán castigo con los señores Black, Lupin, Potter y Petegrew.

- ¿Qué? – exclamé indignada – Pero profesora… no puede hacernos esto.

- Sí que puedo señorita Evans, y lo voy a hacer. Cuando termine la clase, espérense aquí.

Escuché una risa, me giré hacia atrás y vi a Potter riéndose con Black. Cuando se percató de que le estaba mirando, me sonrió como en mi sueño. Bufé molesta, y me volví hacia delante.

Mily me sonrió, e intentó darme ánimos, pero yo no podía animarme. Hoy era mi día de la mala suerte.



Cuando acabó la clase, Mily y yo nos quedamos como nos había pedido la profesora McGonagall. Los cuatro merodeadores, también se quedaron.

- Bien, tengo tres trabajos para ustedes, así que se dividirán en grupos de dos. Lupin y Petegrew, ustedes pintarán al estilo muggle las aulas que están vacías del 5º piso. Sin rechistar. Ya pueden irse.

Miré apenada a Remus, y le sonreí para darle ánimos. Él me devolvió la sonrisa y se marchó.

- Potter y Evans, iréis a la biblioteca y ordenaréis los libros por orden alfabético. Sin magia – especificó.

Sentí que me moría. Pero no sabía si era porque debería de estar con Potter o por si tenía que ordenar alfabéticamente millones de libros.

- ¿Todos? – pregunté sin poder creérmelo.

- Los de la Sección Prohibida.

Suspiré aliviada. ¡Un momento! En la Sección Prohibida había menos libros, pero eso suponía estar encerrada en un sitio con Potter. ¿Qué era peor?

- ¿A qué esperan para ir a la siguiente clase?

Potter y yo salimos del aula y nos dirigimos hacia las escaleras, ya que teníamos que bajar a las mazmorras para ir a pociones.

- ¿Qué tal el día Evans? – me preguntó Potter acercándose a mi.

- Fatal – le respondí de mala manera. Aceleré el paso. Lo menos que quería era hablar con él y que su fresa colonia me hiciera enloquecer.

- Es comprensible – contestó con una sonrisa – Hoy es Martes 13.

Paré de caminar de golpe y le miré profundamente.

- ¿Cómo has dicho?

- Que hoy es Martes 13. Ya sabes, el día de la mala suerte. Aunque para mí, sin dudas, es todo lo contrario. Castigado ordenando libros y contigo. ¿Qué más puedo pedir?

- Bueno, yo no creo en esas tonterías – mentí sin contestar a su pregunta. Iba bajando las escaleras, cuando de pronto, apoyé el pie en el escalón que no debía, y me caí. No se como me pudo pasar. En todos los años que llevo en Hogwarts, nunca se me había olvidado que ese escalón está roto.

Potter se acercó con cara de preocupación, y me dio su mano para ayudarme a levantarme. La acepté, porque necesitaba ayuda, y al rozar sus dedos una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Le solté la mano de inmediato y me puse roja.

- Gracias – le dije. Aceleré el paso, y pronto ya había llegado a las mazmorras.



La mañana se me pasó lenta, muy lenta… Y además, nada me salía bien. Me he dormido; he llegado tarde a clase; McGonagall me ha quitado puntos; me ha castigado junto con Potter; en Pociones me he equivocado con la poción y en vez de batir dos veces hacia la derecha, lo he hecho hacia la izquierda y la poción ha explotado; en Encantamientos, Petegrew estaba elevando su libro, y justo me cayó a mi en la cabeza; y por si todo esto fuera poco, en Herbología, un líquido asqueroso muy pringoso de color verde me salpicó en mi pelo. No me pude contener y chillé como una loca. La profesora Sprout de inmediato me lo quitó todo del pelo, y me lo dejó como estaba antes, pero sin lugar a dudas, hoy era mi día de la mala suerte.

- Evans, tenemos que ir ya a la biblioteca – dijo Potter ilusionado. Tenía en la cara esa sonrisa traviesa, esa sonrisa que me encanta y me hace sentir cosas que no quiero.

- Está bien – me limité a contestar.

- ¡Esperad! – dijeron a la vez Mily y Black. Los dos se miraron y comenzaron a reírse.

No sabía que decir, miré a Mily esperando una respuesta, pero estaba muy entretenida mirando a Black y riéndose con él.

- ¡Mily!

- ¡Ah si! Pues que Sirius y yo os acompañamos porque nos viene de paso, tenemos que limpiar el baño de la 4ª planta.

- Y habíamos pensado Emily y yo que ¿por qué no hacemos los castigos entre los cuatro? Primero, podíamos limpiar los retretes del baño mientras se vacía la biblioteca, y luego ya, ordenamos los libros – propuso Black.

Me quedé pensando la idea, y no era mala. Pero había algo que no me cuadraba…

- Por mi bien – acabé aceptando. Lo mejor era no quedarme a solas con Potter. Su olor y su sonrisa cada vez me enloquecían más. No podría resistirlo.
- Bueno… – contestó James.



Continua en otro post!

Nos dirigimos los cuatro hacia el cuarto piso, y entramos al baño. De pronto, escuché como la puerta se cerraba de golpe. Me giré y vi a Potter con la misma cara de desconcierto que yo.

- ¿Mily? ¿Black? – pregunté.

Me acerqué a la puerta e intenté abrirla pero no pude. Estaba cerrada con magia. Fui a coger mi varita, pero no estaba. Se la había dado a McGonagall.

- Tenemos que decirles algo – escuché la voz de Mily.

- No hace falta, vamos ya a la biblioteca – le contestó Black.

- ¡Mily! Tienes que ayudarme… Abre la puerta – le pedí.

- Lo siento Lily, pero no puedo. Tenéis muchas cosas que hablar, y por eso, vosotros haréis nuestro castigo aquí encerrados, y nosotros haremos el vuestro.

- Empezaré a chillar como no abráis la puerta – les amenacé.

- Nadie te va a escuchar, hemos silenciado la puerta – contestó Black.

- ¡Pero si no tenéis varitas! – intervino James.

- ¿Quién ha dicho que lo hayamos hecho nosotros? – preguntó Black sarcásticamente.

- Debe de haber sido el chico que estaba al lado de la puerta – le dije a Potter.

- ¡Claro! – exclamó como si por fin lo entendiera todo.

- Bueno, vamos Emily. Y vosotros dos, ¡aprovechad el tiempo!

- ¡Mily! ¡Mily! – le llamé - ¡EMILY LEWIS! – pero nadie me contestó – Se ha ido – murmuré.

- Tranquila Lily, pronto volverán – me dijo Potter poniéndome una mano en el hombro.

Yo le miré, pero no debería haberlo hecho, porque me sentí exactamente como en mi sueño. Tenía la necesidad de besarle. Me acerqué lentamente a él… Su olor me confundía y entonces, mi sentido de la razón apareció y me aparté de golpe.

Fui hacia donde estaba la escobilla del váter, un desatascador, productos de limpieza… y cogí un trapo, y me puse a limpiar los cristales.

Potter se había quedado en shock. No entendía nada. No se movía de donde estaba. Ni siquiera pestañeaba, simplemente me miraba, y eso me ponía nerviosa.

- ¿Podrías empezar a hacer algo, no? – le pregunté molesta.

- ¿Y tú podrías empezar a reconocer algo, no? – me devolvió la pregunta.

- ¿A qué te refieres?

- Sabes exactamente a lo que me refiero Lily.

- No lo se.

- Sí que lo sabes.

- ¡Te digo que no lo se!

- Y yo te digo que ya me e cansado de que me evites. Nunca aguantas mi mirada más de dos segundos, y si lo haces, tus ojos no me pueden engañar. Tus ojos gritan que me quieres.

Yo me quedé sin habla. No podía decir nada porque tenía razón. Me daba rabia estar en esta situación. Decidí no contestarle y seguir limpiando.

- ¿No vas a decir nada? – insistió.

Yo seguí limpiando pero él me quitó el trapo de la mano, y lo lanzó al suelo.

- ¡BASTA LILY! – exclamó enfadado. Me cogió de los hombros y me empujó con fuerza hacia la pared. Intenté escapar pero sus dos brazos me acorralaban, estaba cada brazo al lado de mi cabeza. Bajé la cabeza y miré hacia abajo.

- Apártate Potter – le pedí.

Él me puso una mano en la barbilla, y me levantó la cabeza suavemente. Nuestras miradas se encontraron, y mi cuerpo tembló.

Esto no era como mi sueño, esto era la realidad. Y la verdad era que su boca se acercaba lentamente a la mía. Cerré los ojos. ¿La sensación será igual de placentera que en mi sueño? Deje de usar la razón, e hice exactamente lo que sentía. Puse una mano en su cuello, y acorté la distancia que nos separaba.

Al principio, no supe reaccionar y me quedé parada. Su boca, se abrió y dejó paso a su lengua, lo que me animó a que yo abriera la mía, y mi lengua y la suya por fin se encontraran. Fue una sensación extraña, pero maravillosa. Noté como su mano recorría mi espalda y me sentí enloquecer.

Estuvimos así un rato, hasta que él se separó y me miró a los ojos.

- Te lo he dicho miles de veces, pero te lo repito: Te quiero – me dijo.

Mi corazón dio un vuelvo. Era verdad que me lo había dicho antes, pero nunca con el sentimiento que me lo estaba diciendo ahora. Yo intenté hablar, pero no me salió la voz. No podía decir nada, pero quería hacerle sentir, que yo sentía lo mismo por él. Le puse los brazos al cuello, y volví a besarlo. Intenté hacerle sentir que mi corazón le pertenecía desde siempre. Desde la primera vez que mi mirada y la suya se cruzaron en el tren. Que yo le amaba, y que en todo este tiempo no había querido aceptarlo. Sin darme cuenta ni como ni cuando, los dos estábamos en el suelo, uno encima del otro, y besándonos sin parar. El beso ya no era un simple beso, se estaba convirtiendo en algo más, y yo aún no estaba preparada, así que me aparté y le sonreí.

Él inmediatamente se quitó de encima mía, y los dos nos levantamos y nos sacudimos la ropa. Nos miramos y nos sonreímos.

- Es el mejor día de mi vida – dije al fin.

James me acarició suavemente la cara.

- Hace un rato decías que era el peor día de tu vida, y normal que lo dijeras, con todo lo que te pasó…

- Tú compensas a todo lo demás.

Nos dimos un pequeño beso, y cogí otra vez el trapo.

- ¿De verdad me quieres, James? – le pregunté.

- Sí, desde que te lo dije la primera vez.

- La primera vez que me lo dijiste íbamos a primero. ¿Desde ahí? ¡No me lo creo!

- Es la verdad Lily. Eras la chica más aplicada y más correcta que había visto en mi vida. Nunca te metías en líos, pero si tenias que defender a tu amiga lo hacías si fuera necesario con uñas y dientes. Siempre tenías algo con lo que impresionarme, y aunque éramos y somos totalmente opuestos, yo siempre he pensado que nos complementaríamos muy bien, y que somos la pareja perfecta – dijo con una gran sonrisa mientras limpiaba un retrete. Yo también sonreí.

Estuvimos toda la tarde riendo, hablando y limpiando el baño. Yo quería decirle que le quería, porque aún no se lo había dicho con palabras textuales, y notaba como él también estaba esperando lo mismo.

Una vez acabamos de limpiar el baño, y nos aseamos un poco, le cogí de la mano y me acerqué a su oído.

- Te quiero – le susurré con todo mi amor.

A él se le iluminaron los ojos al escucharlo, me cogió la cara y me besó. En ese momento escuchamos como se habría la puerta.

- ¡Oh! – exclamó Mily.

James y yo nos separamos, y miramos a las cuatro personas que había allí, Remus, Petegrew, Mily y Black.

- Parece que vuestro plan ha salido bien – dijo Remus mirando a Black y a Mily.

- Sí, parece que sí – corroboró Mily sonriendo.

- Ya era hora, pelirroja – me dijo Black.

Yo le saqué la lengua a Black, y le cogí la mano a James dulcemente.

- Bueno, ahora creo que nos toca a nosotros, ¿no? – le preguntó Black a mi mejor amiga.

Mily se quedó blanca, y del blanco pasó al rojo rápidamente.

- Llevamos tiempo hablando, sonriendo, lanzándonos miradas… Creo que ha llegado la hora de dar un paso más. Siempre que tú quieras, claro.

Mily seguía sin contestar, y yo le miraba fijamente. Tenía que decir algo ya. Black se quedó esperando, y como Mily no dijo nada, se puso rojo él también.

- Pues bueno, entiendo que no quieras…

Mily le puso un dedo en los labios.

- Calla tonto – le dijo sonriendo – Pues claro que quiero. ¿Acaso lo dudabas?

Sirius también sonrió, y los dos se besaron felizmente.

- Creo que es mejor que salgamos – me dijo James muy cerca de la oreja mientras me guiaba hacia la puerta.

Salimos del baño, y fuimos hacia los jardines. Estábamos paseando, cuando de pronto comenzó a llover.

James me miró y se rió.

- Desde luego, que hoy no es tu día un buen día – me dijo.

- ¿Qué dices? – le dije yo – Hoy me he dormido; he llegado tarde a clase; McGonagall me ha quitado puntos; me han castigado contigo; en Pociones me he equivocado con la poción y en vez de batir dos veces hacia la derecha, lo he hecho hacia la izquierda y la poción ha explotado; en Encantamientos, Petegrew estaba elevando su libro, y justo me cayó a mi en la cabeza; y por si todo esto fuera poco, en Herbología, un líquido asqueroso muy pringoso de color verde me salpicó en mi pelo. No me pude contener y chillé como una loca. La profesora Sprout de inmediato me lo quitó todo del pelo, y me lo dejó como estaba antes, pero sin lugar a dudas, hoy es el mejor día de mi vida.

- ¿Lo dices en serio? – me preguntó James.

- Sin dudas – le contesté mientras me acercaba a él, le ponía una mano en el cuello y otra en el pelo y mi boca se acercaba lentamente a la suya hasta depositarse en sus labios. Abrí la boca, y volví a sentir esa sensación al sentir su lengua contra la mía. Esa sensación extraña y a la vez maravillosa… esa sensación llamada amor.







Espero que les haya gustado!!

Un beso muy fuertee!!

¡¡¡Wapa!!!

Que bueno que me hiciste caso y publicaste este one-shot aqui también.
Sabes que a mi me encantó desde el principio hasta el final.
Me gustó ver que has mejorado muchisimo tu forma de escribir.
Congratulations again!!!

Bueno, that's all.

Besos

Nice. Es muy tierno el fic, muy romántico.
Está bien escrito, con buena ortografía (pillé una falta chiquita solamente) y gramática. La descripción también es la justa y necesaria: crea ambiente y no aburre.
Me gusta que la amiga no se robe la película sino que sólo este ahí, para escuchar a Lily.
Hay un par de detalles un poco débiles, en comparación a que el resto está bien descrito.

- La puerta cerrada del baño -
La explicación es posible, ya que se supone que el resto no tenía varita. Es lógico que se lo hayan pedido a alguien más. Pero "el chico parado al lado de la puerta" es como sacado de la manga. Entiendo que no sea un detalle relevante, ya que lo principal es la relación James/Lily pero le quita... no sé... suavidad a la narración, continuidad. Quizás deberías nombrarlo antes, que lo ven antes de entrar o que tienen que echarlo del baño para poder limpiar.

-La declaración de Sirius a Emily
También encontré que es un poco forzada. Puede que haya existido toda una historia entre ellos dos antes, pero el lector no la conoce. Quizás podrías poner más diálogo entre ellos dos antes, para insinuar una posible atracción.

Bueno, espero no haberte molestado con esta crítica. Mi intención es sólo ayudar.

Saludos,

Eli! muchisimas gracias por tu opinion!

Hola Mircalla!

En absoluto me ha molestado la crítica, es más, a mi me encanta que me hagan críticas, y más si son constructivas.

Respecto a lo de la puerta cerrada del baño... jajaja, pues si, tienes razón. Pero la verdad es que desde un primer momento quise dejarlos encerrados en el baño, pero no sabía como, no sabía que excusa o porque dejalos. Y se me ocurrió eso. Pero tienes razón, debería poner lo de que ven al chico al entrar.

Y bueno, en fin, sobre la relación de Emily/Sirius... jeje No se que decir... La verdad es que este one-shot era un Lily/James, y no quería que en el fic hubiera otra pareja de protagonista... Solo ellos. PEro resulta que este fic está dedicado a una amiga, la cual es Emily, y a ella le encanta Sirius, por eso mismo decidí darle algún que otro momento a Emily/Sirius. Yo intente que en el fic pareciera que ellos tenían algo, un feeling, o una atración, pero quizás no lo conseguí jejeje.

Bueno, creo que ya escribí demasiado.
Muchisimas gracias por tu comentario!

Saludos!

Que bonito Martes 13!!!
si todos los "malos Martes" fuesen igual...
Felicidades!!!

xxxTinsa

Muchisimas gracias por tu comentario Tinsaa!!!
=)